martes, 24 de febrero de 2009

4 de febrero de 2009. Un lugar en la calle Bradley II



Aunque dormí apenas unas horas, por la mañana es más fácil escribir. Todo es claro, o al menos más claro que por la noche. Retomando el relato inconcluso, debo decir que tras asegurarme de que nadie más ingresaría, y me cogería por la espalda, ingresé en la silenciosa iglesia.
La oscuridad reinante sólo era matizada por un escaso candelabro de tres velas, apoyado en el suelo y situado junto al ingreso de una de las naves laterales. Mimetizado, al igual que un hijo de la noche, caminé los extensos setenta metros que me separaban de la nave de la derecha con el corazón a punto de salírseme de la excitación. Cómo un león en acecho, la promesa de sangre y la ilusión de actos dantescos alimentaban mis deseos de venganza más enfermos.
Nadie ni nada vigilaba la pequeña trampa abierta que conducía hacia las entrañas de la propia madre tierra. Agradecí mi, por primera vez, golpe de suerte; los muertos , aún antes de estarlo descendían a sus propias tumbas.
Las voces provenientes desde abajo, para mi desazón, me advirtieron que había más pasajeros al infierno, de los que yo sólo podía pagarles el pasaje. Me mordí el labio y, mientras saboreba el gusto de mi propia sangre, escuché las voces hablar sobre hechos y seres que no me eran desconocidos...
Al alzar mis ojos, la culpa me hizo añicos. Frente a mi y, brillando misteriosamente, una imagen de un caballero de cabeza y la argeva desde un vitraux me saludaron...
Corrí, corrí, me llevé dos bancos por delante, mi caída retumbo por toda la iglesia. No me importó, seguí corriendo. Recíen paré de correr cuando me encontré, entre los muertos que yo conocía, el panteón Dalembert.
¿Cómo perdonarlos a ellos, o a mí? ¿Cómo perdonarlos cuando... yo maté a mi propia familia? ¿Cómo?
¡Quiero olvidar!, ¡quiero morir! Dios ¿por qué te has olvidado de mí? ...
Roman


4 comentarios:

  1. La verdad, cada vez me engancha más esta historia. Es tan real la forma en que está narrada, que me parece estar viendo al personaje en cada una de las visiscitudes que va atravesando. Y muy buenas también las fotos, que sirven para ilustrar cada entrada con precisión.
    Saludos, aquí sigo leyendo...

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  2. Gracias a ambos por sus comentarios. Me alegró Capitán que le guste la historia. Irupé cuidado con Dalembert!!!!

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  3. "los muertos , aún antes de estarlo decendían a sus propias tumbas."

    El amigo Roman está de la nuca. Me encanta.

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