sábado, 13 de junio de 2009

16 de febrero de 2009. El que hace perecer



El nombre bosque de Hayues, en realidad diría que no hace mérito al lugar. Yo lo llamaría muchas cosas pero no bosque, y Hayues, no tengo la menor idea quien fue lector. Como te imaginarás me dejé atrapar por las dulces palabras del agonizanante Faures que, ni aún con más de quince puñaladas encima, quitó una sardónica risa de sus labios. Si aquello era un trampa y me esperaban, para que perder el tiempo, de igual modo si quieren saber donde encontrame... ¿O acaso aquel viejo de cabellos grises no me encontró?
Bien entrada la noche llegué a Hayues. Silencioso, y con mi fiel cuchillo en la diestra, comencé a adentrarme en aquella tétrica formación de altos y viejos árboles. Sólo el sonido de mis casi imperceptibles pasos demostró evidencia de vida en el lugar. Ni mamíferos, ni aves, nada, tal vez... sólo depredadores; pero yo sólo advertía uno: Roman Dalembert.
Cuando la primera claridad del crepúsculo asomaba temerosa por el este, lo ví. Resfregué mis ojos, temeroso de que estuviese soñando o fuese una alucinación.. pero nada de eso era.
Allí en el bosque de Hayues, antes de largarme a correr aterrado como un loco, supe que mis ojos no metían. Supe que todo lo que había hipotetizado en mis años de investigación era verdad. Por primera vez, aunque no por última sospeché, había visto al ángel que habita la tierra, al portador de la argeva: Asmodeo, el que hace perecer.

P.D: Ya en la seguridad y el "calor" de los féretros que guardan todo lo que fue mi felicidad y mis sueños, me pregunté si yo no me estaba convirtiendo en una especie de Asmodeo. ¿Acaso lector, yo no hago perecer?

Roman Dalembert

viernes, 12 de junio de 2009

15 de febrero de 2009. Lágrimas rojas


Despues de varios días sin escribir, retorno a tí lector. ¿Cómo explicarte mis sentimientos a tí que vuelves todos los días a casa para encontrar una dulce esposa y unos saludables niños? ¿Cómo hacerte sentir los fuegos que consumen mi alma y ahogan mi corazón? ¿Cómo decir que lo he visto y hacerte comprender el verdadero significado de ese "lo he visto"? No sé, pero no me resigno a guardar este infernal misterio...
Tras varios días de autoflagelación en el Panteón dalembert junto a los míos, decidí que era tiempo de secar mis lágrimas, acallar mis gritos y alimentar mi cuchillo. Decidido y con el alma enferma, me dirigi a la casa del abogado Faures, quien para mi sorpresa, me estaba esperando.
Una vez en su casa y en su presencia, me habló como a un niño que se le debe advertir sobre la peligrosidad de meter los dedos en el el enchufe. Cirscunspecto y un tanto afeminado, haciendo gala de un lenguaje que parecía mas propio del siglo XIX que del XXI, me habló de "Los Hermanos". Sabedor de que conocía bastante su historia no negó ni omitió, creo, detalle alguno.
Silencioso, permanecí inmutable con el afilado cuchillo en mi diestra y a su vista, escuchando todo aquello que, a excepción de unos pocos, creían ser un cuento.
Al final mencionó el nombre que esperaba yo escuchar; y no sólo dijo Asmodeo, sino que también mencionó el lugar donde lo podía encontrar. Después calló y quedó manso al igual que cordero a la espera del sacrificio. No lo hice esperar...

P.D: No vayas al bosque Hayues, puede que si vas y el difunto Faures no mintió, te encuentres con el mismísimo Asmodeo.

Roman Dalembert